Esta semana ha sido muy pesada, he participado en la revaloración de un paciente y en su primer terapia (primera después de la valoración claro). Se me ha permitido aportar ideas para la intervención de este paciente, e incluso intervenir activamente.

Esto, por un lado me gusta porque voy a adquirir muchísima experiencia y sabré como desenvolverme con los pacientes y hasta las personas que los acompañan. Pero por otro lado me está costando mucho trabajo dividir el tiempo entre los deberes que me corresponden como práctica I, los trabajos de materias y buscar información para justificar el tratamiento que se va a emplear (ya que algunas cosas que le vienen bien al paciente no las he tomado en alguna materia.

Sin embargo, estoy contento, ya que justo al terminar la sesión del Sr. A., y después que me contará este mismo que sentía mucha molestia en la musculatura de la pierna, y que esta cedía con el estiramiento que le habían enseñado anteriormente (autoestiramiento de gemelos, con el miembro a estirar atrasado, con extensión de cadera y rodilla, el pie plantado en el suelo para garantizar la dorsiflexión, y adelantando el cuerpo sobre una pared) pero que la molestia persistía. Yo sugerí el estiramiento de soleo, ya que con la posición antes enseñada, se favorece primordialmente el estiramiento de los músculos gastrocnémios, y quizá el soleo necesitaba algo más aislado. Se le enseñó un estiramiento que puede ser realizado con asistencia mínima, pero que al paciente le vino muy bien (claro, se le enseñó a los familiares a hacer el movimiento de asistencia, haciendo hincapié en mantener una ligera flexión de rodilla y dorsiflexión del pie). Ver que el Sr. A. se fue a casa contento sabiendo que el dolor que siente en la pierna puede ser tratado de una mejor manera, me hizo no desistir esta semana, y preparar un tratamiento que le ayude a avanzar y lograr sus objetivos.

Nota: evidentemente ya no realice la búsqueda de ejercicio para mejorar  mis capacidades físicas o para proponer el taller, pero eso sigue en pie.